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Lic. Osvaldo Gutiérrez

MEMORIA DE LA PRÁCTICA EN NIVEL POLIMODAL

MEMORIA DE LA PRÁCTICA EN NIVEL POLIMODAL

En esta época del año ya es difícil encarar una tarea como la solicitada, hacer memoria, recordar una serie de hechos que sucedieron no hace mucho. Por ser hechos recientes parecería sencilla la labor, pero no lo es. Ya estoy cansado, estoy al final de un camino que ha durado dos años, será que los años no vienen sin dejar sus secuelas. Son los últimos metros para alcanzar la meta, hay que hacer el esfuerzo final para lograr lo anhelado.

Esta vez me toca recordar mi experiencia en la práctica  docente en el nivel polimodal. Ésta fue distinta a la realizada en el nivel EGB3, principalmente porque la concreté solo, el hecho que no fuera en pareja pedagógica le daba otros condimentos. Me resultaba dificultoso trabajar de este modo, porque estoy acostumbrado desde hace mucho tiempo a trabajar en equipo, tanto en mi tareas cotidianas, como en el estudio, cuando cursaba la licenciatura y durante el profesorado, con personas a quien ayudar, en quien apoyarse, con quienes compartir, con quienes confrontar, con quienes disentir, con quienes construir conocimiento. Creo que fue fundamental el apoyo brindado por el tutor Prof. Oscar Reale, porque yo no disponía de un curso de nivel polimodal en el cual estuviera dando clases. Su ofrecimiento a realizar la residencia con sus alumnos de nivel polimodal en el C.E.N.S. Nº 3-416 de Las Heras fue muy importante, sino me hubiera sido muy difícil realizar las prácticas. Mis horarios estaban plagados de actividades, viajes, reuniones que hacían casi imposible que mi residencia se concretara. Debo agregar que puso a mi disposición todo el material bibliográfico necesario para preparar la planificación de la clase y la secuencia, me facilitó el programa de la materia, me dijo los temas que debía preparar, cómo eran sus alumnos, entre otras cosas. Sus periódicas llamadas de algún modo suplían las de mi compañero de pareja pedagógica, que me instaba a escribir el material, a corregirlo, a entregarlo nuevamente, me impulsaban a seguir y finalmente, a exponer ante los alumnos.

Podría repetir lo que mencione en mis memorias de las prácticas educativas en EGB3, pero no creo conveniente hacerlo. De más está decirles que me siento más cómodo escribiendo sin tantas ataduras a esquemas prefijados. Esta es otra ocasión en que espero se me permita tomarme nuevamente esta licencia.

Me quedó algo en el tintero, el curso en cual realice mis prácticas es el 2º año división “B” del C.E.N.S. mencionado, turno noche, el espacio curricular Economía. La escuela funciona en edificio compartido con el colegio secundario Nº 4-019 Capitán José Daniel Vázquez. Sólo utiliza parte del establecimiento, 9 aulas de un total de 18 que dispone el edificio, tampoco usa las aulas destinadas a laboratorios, ni los baños del primer piso. Pero de todos modos, el colegio es amplio, no se notan en demasía estas falencias. En general, no pude observar durante el poco tiempo que estuve allí, nada que me indicara que existían inconvenientes con la escuela “dueña” del edificio.

El establecimiento se encuentra a pocas cuadras de la Plaza departametal de Las Heras, es el centro administrativo, bancario y comercial del departamento. Frente a la plaza se asientan la Municipalidad, la Seccional policial, dos de los bancos más importantes, la sede social del Club Las Heras, negocios y supermercados, dos institutos superiores de nivel no universitario, etc.

Inferí desde un principio, que como a la plaza confluyen distintas líneas de ómnibus, los alumnos que podían concurrir al establecimiento eran  de los más diversos lugares y sectores sociales, no sólo debían asistir alumnos del contexto cercano. 

Comenzaré narrando o describiendo, en la medida que vayan surgiendo los recuerdos, mis primeras impresiones cuando fui a la escuela a realizar mis observaciones. En algunas circunstancias uno no puede dejare de hacer comparaciones, hacía pocas semanas que había tomado unas horas en otro C.E.N.S. de Guaymallén, que también comparte edificio, con una escuela primaria en este caso. Cuando entré por primera vez en aquel C.E.N.S. tuve sensaciones extrañas, por un lado, sentía ganas de brindarles a mis alumnos todos mis conocimientos, ser el mediador que propone Ausubel. Y por otro, el contexto no me ayudaba, el edificio era antiguo, seguro más de 40 años, aulas pequeñas, oscuras, patio con muy poca iluminación, los alrededores del mismo modo. En cambio, cuando entre al C.E.N.S Nº 3-416, todo fue distinto, desde que estacioné mi automóvil, encontré calles bien iluminadas, una fachada impecable, pude trasponer las puertas de acceso sin ningún inconveniente, en el otro C.E.N.S no había sido así. Luego observé, un amplio patio central techado, entorno al cual se disponen todas las aulas y dependencias del establecimiento, cuya luminosidad contrastaba con aquella que aún tenía en mis retinas del otro C.E.N.S.

Inmediatamente me encontré con el tutor, me presentó al director, le contó los motivos de mi presencia en la escuela. Este último manifestó su agrado porque realizara mis prácticas en el colegio y me deseó suerte. Le pregunté por el Proyecto Educativo Institucional y el Proyecto Curricular Institucional de la escuela y me manifestó que debía preguntarle a la asesora psicopedagógica, que ese día no había asistido al colegio y que lo hacía habitualmente los días miércoles. Me comprometí a acercarme, el día previsto para hablar con ella. Luego, fuimos a la sala de preceptores por muy pocos instantes, allí me presentó a un par de colegas. Todos me recibieron muy amablemente. Como se hacía tarde para iniciar la clase subimos rápidamente al curso, allí estaba aún la profesora de inglés que había terminando de dar su clase y a punto de retirarse, también la saludé. Posteriormente, el profesor me presentó con sus alumnos, les explicó qué iba a hacer ese día en el aula y también que en las clases siguientes me tendrían como profesor realizando mis prácticas. Todos saludaron sin emitir ningún comentario pero tampoco observé ningún gesto de disgusto.

Después llegó la preceptora del curso, Oscar también me la presentó. En definitiva estimo que fui bien recibido por todos los que me crucé ese día en el colegio.

El profesor ese día utilizó aproximadamente, el primer medio módulo hasta el recreo, para realizar un breve repaso de algunos conceptos importantes de clases anteriores, haciéndoles preguntas a los estudiantes, la mayoría participó en esta recuperación de conocimientos previos. Anotó en el pizarrón algunas cosas a medida que los alumnos iban hablando. Finalmente, tocó el timbre que anunciaba el recreo, ordenadamente los estudiantes fueron saliendo al patio, algunos se quedaron repasando los temas de la prueba que el profesor les había avisado con anterioridad. Después de quince minutos aproximadamente tocó de nuevo el timbre, esta vez el “ring” les advertía que debían ingresar al aula para la prueba. Fueron entrando de a poco, no todos llegaron a tiempo por lo que la prueba empezó un poco más tarde. La evaluación contenía los temas vistos en las clases anteriores y de los cuales habían realizado un breve y conciso repaso. El tutor se dirigió a la clase explicándoles claramente las consignas de la evaluación, les indicó que guardaran sus carpetas y que no tuvieran hojas sueltas sobre el banco. Luego procedió a repartirles un papel impreso que contenía las seis preguntas que constituían el examen escrito.

Se escuchaban los clásicos comentarios, ¿qué va a tomar?, también, se veían algunas caras de haber estudiado poco. Los temas de la prueba fueron: Producto bruto e ingreso nacional.

Mientras los alumnos realizaban la prueba, el profesor se acercó a mí para hacerme algunas acotaciones del tema, que se había olvidado de comentarme, para la clase que tenía que preparar para mi práctica del lunes siguiente. Después me realizó algunos comentarios respecto a los estudiantes, sus características y otros datos interesantes. Me indicó que algunos se retiran antes por que trabajan o porque el último colectivo pasa cerca de la escuela antes de que toque el timbre de salida. Esto no lo observé como una rareza porque ya lo había experimentado en el otro C.E.N.S. donde estoy dando clases.

En relación a la observación curricular que realicé, recuerdo que el profesor me entregó una copia del programa de la materia. Destacó que lo había realizado junto con el profesor del otro 2º año que era contador, y quien de alguna manera había sentado las pautas para su elaboración. Contenía seis ejes, tres por cada semestre, pude observar que era bastante extenso para darlo durante un año lectivo.

Cerca de la finalización del módulo, los alumnos fueron entregando sus exámenes. Previo a que comenzaran a retirarse los estudiantes autorizados a salir, el profesor utilizó el último medio módulo para realizar la corrección de las pruebas escritas. Fue analizando cada una de las preguntas, dándole intervención a los estudiantes a través de preguntas concretas a cada uno de ellos. Sobre el mismo esquema que había trazado en la pizarra como repaso, fue agregando las respuestas que daban los estudiantes. Cerca de la finalización de la clase la preceptora entra al aula anunciando la charla de Violencia familiar para el día siguiente. En definitiva, Oscar dio su clase de una manera participativa, tanto en su inicio como el cierre, cumpliendo adecuadamente los tiempos asignados a cada una de las actividades planteadas: repaso, evaluación y corrección.

Seguidamente narrare algo en relación a la preparación del material para mis prácticas. Ya lo había comentado anteriormente, el tiempo en mi caso es tirano y más en esta época del año. Creo que pude preparar adecuadamente la primera práctica, la bibliografía era la correcta y también entendible. Economía fue una de las materias que más me gustó durante la licenciatura, pero que desgraciadamente no la había vuelto a leer. El tema: la política fiscal y la intervención estatal, pensé que me iba a costar retomar estos temas económicos, pero rápidamente con la ayuda del texto comenzaron a fluir los conocimientos escondidos, que seguramente en algún rincón de mi memoria tenía guardados, sólo era cuestión de desempolvarlos un poco. Particularmente, creo que los temas económicos son bastante áridos, tediosos para enseñarlos, que cuestan mediarlos, encontrar imágenes que acompañen las explicaciones, a veces inclusive las informaciones periodísticas son bastante técnicas y uno termina recurriendo a la terminología económica que requieren y que a veces es inentendible para el común de la gente. Pero al parecer, la secuencia que propuse agradó. Realicé una serie de filminas para retroproyector, no realicé una presentación multimedia en powerpoint porque había entendido en su momento, que no tenían computadora para pasarlo. Entonces desistí de esta TIC, pero como no tenía el suficiente dinero para comprar todas las filminas para las láminas propuestas, tuve que dejar de lado todas aquellas que contenían sólo imágenes. No sé si hice una buena elección, ya le había enviado la secuencia el profesor con todas las filminas, el cambio lo hice a último momento sin consultarlo con él. Luego me manifestó que él hubiera incluido algunas de estas filminas descartadas.

En la primera clase le había solicitado el retroproyector a Oscar, cuando llegué al aula el equipo ya estaba colocado, presto para ser utilizado. Nuevamente, cuando ingresamos al curso estaba la profesora de inglés terminando de dar su clase, la saludamos a ella en primer lugar y luego a los estudiantes.

El profesor y tutor se dirigió a los estudiantes señalándoles que ese día les iba dar la clase, que el tema elegido era la intervención del Estado y la política fiscal. Agregando además, que todo lo que les daría estaba incluido en los temas para el semestral.

La clase se desarrolló normalmente, fue difícil vincular la temática para recuperar conocimientos previos. Las preguntas las dirigí a algunos conceptos que tenían de gasto, consumo e impuestos y por ese lugar pude ir rescatando algunas apreciaciones de los estudiantes. Una vez concluida la etapa de inicio, comencé a desarrollar los nuevos conceptos, en general prestaron atención durante toda la clase. Mis requerimientos que no dudaran en interrumpirme si algo no entendían, fueron contestados con varias preguntas durante mi exposición. Además, le iba preguntando cada tanto si entendían. Luego de terminar el tema y de contestar las dudas que me manifestaron, procedí a completar la actividad con la entrega de un resumen mediado impreso del tema dado, que incluía un cuestionario con el objeto de fijar los conocimientos. Los dividí en grupos de cuatro personas aproximadamente y les expliqué las consignas del trabajo. Ese día habían asistido cerca de doce alumnos, se agruparon en tres grupos según su ubicación en la hilera de bancos. Realizaron algunas consultas en referencia a las consignas y se dedicaron a realizar la tarea propuesta. Las dos últimas preguntas estuvieron orientadas a que los estudiantes realizaran sus propias observaciones respecto a la política fiscal y al intervencionismo estatal.

El último medio módulo lo utilicé para realizar el cierre de la secuencia, que tuve que adelantar por sugerencia del tutor por cuanto algunos alumnos se retiraban unos quince minutos antes para poder tomar el ómnibus. Les hice leer en forma alternada, cada una de las preguntas y las respuestas correspondientes que había dado cada grupo. Aunque alguna de las respuestas dadas contenía todos los conceptos solicitados, les preguntaba a los demás grupos si tenían respuestas similares, con algunos agregados u otras, y se las hacía leer. Finalmente en todos los casos, completé aquellas respuestas incompletas, afirmé como correctas otras o realicé las correcciones a aquellas que contenían errores. El tutor y profesor del curso también realizó sus aportes.

Finalmente tocó el timbre de salida y todos los alumnos se retiraron ordenadamente, previo saludo. Luego continué conversando con el tutor hasta que salimos del edifico. Me realizó algunas observaciones que en la próxima clase intenté corregirlas.

Para la segunda práctica el tema fue el dinero y el sistema bancario, igual de árido para mediarlo. Pero afortunadamente encontré en internet algunas imágenes graciosas con las cuales pude arman una secuencia entretenida. En esta oportunidad pude utilizar una presentación en powerpoint, porque conseguí que me prestaran una notebook, ya que el proyector multimedial y la pantalla los brindaba la escuela. Ese lunes llegué con el suficiente tiempo para conectar el equipamiento necesario para la presentación, pero tuve demoras para que me entregaran el material del colegio. Cuando me dirigí al curso con el tutor, como en las primeras clases estaba todavía la profesora de inglés. Saludamos como en las anteriores oportunidades, y procedimos a conectar la computadora y el proyector, estimo que entre una cosa y otra nos habremos demorado unos 15 minutos. La clase comenzó con la presentación powerpoint que fue el respaldo de gran parte de la clase, porque incluía la recuperación de ideas previas mediante imágenes y preguntas motivadoras, el desarrollo de la secuencia y parte de la actividad de cierre, también con imágenes. Comencé con la pregunta: ¿qué es el dinero? Una pregunta sencilla, en principio, me sorprendieron las respuestas, porque pensé que me darían determinadas respuestas referidas principalmente a las monedas, billetes, cheques, y sin embargo sus contestaciones estuvieron vinculadas a valoraciones más personales. Obtuve respuestas tales como: “es por lo que trabajo todos los días”, “es lo que necesito para vivir”,”es por lo que luchamos”, “es eso que no nos alcanza”. Y me costó que llegaran a las respuestas que, a priori, consideré eran más sencillas. A veces uno propone no sólo una secuencia, sino que prevé inclusive las respuestas de los alumnos a cada una de nuestras intervenciones, quizá por eso a veces uno puede verse desbordado por las situaciones, fastidiado porque las cosas no suceden como uno quiere, indefenso ante preguntas que no tienen respuesta. Uno planifica todo y cree tener todo previsto, que equivocados estamos.

Después de algunas otras preguntas más directas, de algún modo forcé las respuestas que quería y que necesitaba para seguir adelante con la clase. Necesitaba las definiciones más sencillas. La clase continuó y fue seguida con atención por los estudiantes. Muchos realizaban preguntas, comentarios acerca de las imágenes planteadas, hacían sus propios apuntes de lo que iba diciendo y lo que veían. Se sonrieron con algunas viñetas de Quino con Mafalda y Manolito, y con otra referida a las tarjetas de crédito. Esta experiencia fue mucho más gratificante que la de la clase anterior, noté que la clase la había dado mejor. Al terminar mi exposición, nuevamente, de manera similar a la primera clase, les entregué un material mediado que contenía el resumen de lo expuesto y un breve cuestionario que incluía preguntas personales acerca del dinero. Preguntas en parte respondidas en la clase con sus primeras consideraciones al responder ¿qué es el dinero? Se incluían en el práctico algunas imágenes que los estudiantes debían observar para terminar de dar la respuesta. Al igual que en la clase anterior, todos fueron terminando dentro de los tiempos previstos, fui recorriendo el aula realizando las aclaraciones pertinentes según las dudas de los alumnos. Cuando faltaban unos 30 minutos aproximadamente, la gran mayoría ya había terminado el cuestionario. Comencé la actividad de cierre, la puesta en común de las respuestas. Siguiendo la misma metodología de la primera práctica. Todo se desarrolló en clima muy cordial.

Finalmente, debo realizar algunas consideraciones generales respecto a esta nueva experiencia de práctica docente. En primer lugar, el curso habían alumnos desde aquellos que tienen poco más de 18 años, hasta algunos un poco mayores. Por mi experiencia en el otro C.E.N.S. en el que trabajo, no me resultó tan difícil lograr la adecuada interacción con los estudiantes. La mayoría de ellos trabajan, lo que me facilitó enfrentar el tema propuesto, porque era cosas por demás conocidas: los impuestos, el dinero y los bancos. Realidad con la que cada uno se encuentra todos los días. Resultó altamente enriquecedor el reconocimiento de ideas previas, la mayoría de los estudiantes participaron. A través del pasaje de las distintas filminas que componían mis presentaciones, pude observar como la utilización de imágenes y algunas viñetas chistosas hacía que la mayoría de ellos prestara más atención, no sé si porque el tema les interesaba, más que nada pienso que lo percibían como algo muy cercano a sus realidades, como la causa de muchas de sus alegrías y sinsabores, como uno de los motivos de la lucha diaria. Noté el contraste entre aquella primera clase en la que tuve que excluir las filminas con imágenes, a esta segunda, donde pude mostrar otro tipo de secuencia. Me di cuenta de la importancia de preparar una secuencia, de que aun en el cansancio de profesor y alumno, casi al final del día y del año también, uno puede encontrar el material de apoyo necesario para “enganchar” a los estudiantes con el tema, e incentivar la aparición de las vinculaciones con sus conocimientos previos para que puedan construir conocimiento significativo.

En segundo lugar, también advertí que no siempre las TICs facilitan la tarea. Con ellas uno a veces pierde mucho tiempo en la conexión de los equipos necesarios para dar la clase y si se complica la cosa, uno tiene que recurrir a la “improvisación” para llevar la clase adelante. Improvisar, no en el sentido de emitir conceptos sin el suficiente respaldo teórico, sino porque uno debe improvisar las técnicas a utilizar para dar ese mismo conocimiento, porque uno tenía todo planificado para darlo de otra manera.

En tercer lugar, no pude contar con el Proyecto Educativo Institucional y el Proyecto Curricular Institucional de la escuela, por cuanto luego de mucho andar, no pude encontrarme con la esa documentación. Sólo pude mantener una muy corta entrevista con la asesora pedagógica, quien me manifestó que no tenían el PEI y el PCI en el establecimiento porque lo habían presentado a la Supervisión. Opté por la entrevista, porque pensé que era la mejor forma de recabar los datos que necesitaba para realizar mi análisis, tanto institucional como curricular. Otros datos los encontré en internet. De igual modo encontré una excelente predisposición al diálogo, si hubo demoras, son las lógicas de una persona que en esta época año debe cerrar muchos informes y además, atender su hogar.

En cuarto lugar, quiero volver a mencionar la actitud del tutor, que en esta oportunidad por ser el profesor titular del espacio curricular no pasó tan desapercibido, su participación durante la clase fue correcta, precisa y oportuna. Sus comentarios me ayudaron a mejorar cada una de las prácticas. Estoy convencido que mi rendimiento fue de menor a mayor, la última práctica sin lugar a dudas fue la mejor. El acompañamiento por parte del tutor, sus devoluciones, su apoyo y presencia permanente antes, durante y después de las prácticas fueron muy buenos. La comunicación siguió siendo, al igual que en las prácticas educativas en EGB3, muy fluida. Lo mismo puedo decir de Hugo Villanueva quien, se comunicó por correo electrónico y por mensaje telefónico, para preguntarme si necesitaba ayuda.

Y como colofón, me queda expresarme respecto a los encuentros de preparación de las prácticas y los talleres, creo que fueron originales, me aportaron mucho en el sentido de mostrarme que existen otras alternativas, otras estrategias para dar clases. El compartir experiencias con otros profesores fue muy enriquecedor.

Creo haber volcado en el papel la mayor parte de mis recuerdos, seguramente me he olvidado algunas experiencias y otras sensaciones no las he podido describir en palabras. Pero, lo más importante está en estas memorias. Errores he tenido y muchos, algunos los he ido corrigiendo entre práctica y práctica, otros quedaran para clases venideras ya en la práctica profesional.

MEMORIA DE LA PRÁCTICA EN EGB3

MEMORIA DE LA PRÁCTICA EN EGB3

Recordar es traer a la memoria algo, y lo que me piden es precisamente eso, hurgar en mis recuerdos y contar mis experiencias de las prácticas docentes expresándolas en forma de memorias.

A pesar de ser bastante esquematizado por la formación recibida en la licenciatura, en algunas oportunidades y según el tema, me siento mucho más cómodo escribiendo de una forma más coloquial, más libre, sin ataduras. Por eso he creído conveniente salirme en la medida de lo posible, del esquema planteado por la cátedra, porque creo que el tema amerita una forma de escribir no tan estructurada. Espero se me permita tomarme esta licencia.

En principio quiero compartir la experiencia que tuve en EGB3. Las prácticas las realicé en pareja pedagógica con Mariano Maita, en la Escuela Normal Tomás Godoy Cruz, en un 9º año del turno tarde. En este curso estoy dando clases de Historia y Formación Ética desde junio de este año, por esto quiero agradecer al tutor Oscar Reale por la posibilidad que me brindó de poder practicar con mis alumnos. Una experiencia sin lugar a dudas, altamente enriquecedora.

El hecho de que ya conocía la escuela, a sus directivos, a algunos de sus profesores, principalmente a los estudiantes del curso objeto de la residencia y que tenía cierta familiaridad con ellos, hace que las sensaciones que se piden que uno recuerde respecto a las características del establecimiento, el primer contacto con el aula y sus docentes, la experiencia de observación de las clases sean desde un comienzo distintas a las que hubiera experimentado si no hubiese estado nunca en contacto con el curso.

Por eso me gustaría comenzar mis recuerdos propiamente dichos, en algunos sentimientos anteriores a las prácticas. Luego de muchos años de ejercer mi profesión en el ámbito de la administración pública me decidí un poco por vocación y otro, por necesidad a iniciar como docente. Fue así como en junio pasado me presenté a estas horas de Historia y Formación Ética. A esta escuela nunca había entrado, pero era de algún modo muy conocida para mí, por una circunstancia especial que en su oportunidad ya les había comentado a mis compañeros en uno de los talleres. A ella había concurrido mi hermana mayor durante todo su recorrido escolar primario y secundario, por eso mis recuerdos se alejan muchos años atrás. Esos lugares que podía ver ahora, eran los que ella había ocupado, por los que había transitado, jugado, por eso me resultaban conocidos, porque en mi mente cuando niño los había imaginado.

La escuela tiene una larga historia que nace hace 131 años, cuando el Gobernador de Mendoza, Francisco Civit, aceptó la propuesta del entonces Presidente Nicolás Avellaneda de crear una Escuela Normal en la capital de nuestra provincia. La primera directora del colegio fue la Srta. Sarah Boyd, una de las sesenta y cinco maestras estadounidenses que fueron traídas por Sarmiento y que dejaron sus hogares, familias y costumbres para venir a la República Argentina a “Educar al Soberano”. Su lema era “Ni un paso atrás”.  Su objetivo consistía en formar maestras de nivel primario como Profesionales de la Educación, con competencias científicas y técnicas para que contribuyeran a la expansión del sistema educativo  y así se lograra el cambio social.

En el edificio actual la escuela funciona desde 1967 y está destinado al funcionamiento de los cuatro niveles existentes (inicial, primario, secundario y superior no universitario). Debo reconocer que no conocía ni a los directivos, ni a los docentes, ni tampoco la propuesta educativa de la escuela. Pero igual, desde el comienzo, cuando entré a la escuela me sentí a gusto, siempre encontré en el personal directivo, en el de apoyo docente, en los preceptores, en los demás profesores, la apertura, la comprensión, la disposición y la atención necesarias para desarrollar adecuadamente mi tarea docente. Apenas tomé el curso, la vicedirectora me pidió que hablara con la asesora pedagógica del establecimiento. Ella me recibió muy amablemente y me explicó claramente cuál era la propuesta educativa: “educar con exigencia y esfuerzo”, los criterios de evaluación, me facilitó todo el material necesario para saber en qué punto del programa de la materia estaba, y también, aclaró todas mis dudas. Inmediatamente me puso en contacto con la preceptora, quien me facilitó el libro de temas, el cuadernillo de seguimiento donde todos los profesores deben ir colocando sus notas de proceso y de resultado para que la escuela pueda informar a los padres acerca de la evolución que tienen sus hijos en el proceso de enseñanza aprendizaje. Además, aproveché para realizarle algunas preguntas referidas al nivel intelectual y disciplinario de los alumnos, señalándome que eran chicos en general, “buenos”, inteligentes, sin mayores problemas de conducta. Luego me acompañó al curso, hizo que todos los alumnos se pararan al lado del banco para que los pudiera saludar, y después del saludo, me presentó como el nuevo profesor de Historia.

Era mi primera experiencia en la docencia de EGB3, por supuesto existían temores, vinculados principalmente con la posibilidad de no poder cumplir acabadamente con el compromiso asumido: ser el mediador entre el conocimiento y el estudiante, en ese delicado proceso de enseñanza aprendizaje, donde uno puede ayudar a moldear el pensamiento de esos jóvenes.

Pero esa fue mi primera sensación, con el devenir de las clases, el temor fue disminuyendo, empecé a sentirme más seguro, igual nunca me ha abandonado por completo esa primera impresión. Pero parafraseando alguna definición de valiente que se escucha por la calle: “valiente no es el que no tiene miedo sino el que lo enfrenta”, podría decir “no es que mis temores hayan desaparecido sino que los enfrento día a día”. En mis primeras clases traté de poner en práctica muchas de las cosas que había aprendido en el profesorado. Me presenté, le pregunté a cada alumno su nombre, intentando retenerlo, cosa que me resultó muy positiva en las siguientes clases. Los chicos respondían distinto ante un llamado personalizado. No puedo olvidar como una de las alumnas me lo hizo saber al decirme: “profe, usted es el primero que me llama por mi nombre”. Creo que uno también transmite cosas que no puede percibir, pero que los estudiantes si captan, una de ellas recuerdo que me preguntó: “profe, ¿usted tiene esté único curso?”

Es importante aclarar que la mayoría de los chicos son de clase media, de distintos sectores sociales y de contextos muy diferentes. La escuela está situada frente a la Plaza Independencia, lugar al que confluyen todas las líneas urbanas de transporte público de pasajeros, esto hace que los alumnos provengan de todos los puntos del Gran Mendoza y que sea el colegio de educación pública provincial más requerido por la población mendocina, según lo muestran las últimas inscripciones para 8º año para el ciclo lectivo 2010.

Los espacios interiores son amplios, las aulas tiene el tamaño justo para albergar a 30 alumnos, las condiciones de luminosidad y ventilación son buenas. Aún cuenta con pizarrones tradicionales negros para escribir con tiza.

Retomando el tema de la práctica debo señalar que por disposiciones de la cátedra, si quería realizar mi observación en el curso en que ya estaba dando clases, debía observar a mis alumnos en otro espacio curricular afín al que yo daba, y que por razones laborales y la no coincidencia de horarios, tuve que observar una clase de Ciencias Naturales. La profesora a cargo de la asignatura no tuvo ningún inconveniente en que la observara, al contrario se mostró muy dispuesta e inclusive me preguntó varias veces si sólo debía observarla una clase, porque recordaba que en su residencia fue mucho más prolongado el período de observación, alrededor de un mes aproximadamente. Aunque no fuera una materia relacionada con las Ciencias Sociales, igual me resultó muy positivo porque los chicos, estimo que casi no notaron mi presencia en el aula. La profesora les había comentado qué iba a hacer yo en sus módulos, que no los iba a evaluar, que sólo observaría lo que sucedía en la clase. Lo que más rescato de esta experiencia es la comparación que hice entre ciertas estrategias de enseñanza y herramientas didácticas utilizadas por la profesora y las mías, y las diferencias que encontré al cotejar actitudes mías y de ella, algunas similares y otras distintas, adoptadas por la profesora en situaciones análogas frente al mismo grupo de alumnos observados.

Simultáneamente, durante esa semana Mariano Maita realizó sus observaciones en mi clase. Particularmente, no percibí ningún cambio en el comportamiento de los chicos al sentirse observados. Ya les había dicho cuál era la tarea de Mariano en el aula. A pesar de ser observado, considero que desarrollé mis actividades con toda naturalidad, del mismo modo presumo que los chicos tampoco sintieron la presencia de un observador en el aula.

Este proceso de las prácticas docentes continuó con la preparación de las prácticas de residencia. Los contenidos a desarrollar en la primera secuencia didáctica incluían algunos aspectos de la etapa de gobierno del radicalismo (1916 – 1930) que no había alcanzado a terminar de enseñar, fundamentalmente el segundo gobierno de Irigoyen hasta el golpe de Estado de 1930. En tanto, la segunda secuencia tomaba los contenidos referidos al golpe de estado de 1930 y los gobierno de Uriburu y Justo. Durante esas semanas estuvimos en permanente contacto con nuestro tutor, personalmente y por correo electrónico, sus recomendaciones fueron aceptadas, fundamentalmente las referidas a los tiempos asignados al inicio, desarrollo y cierre de la secuencia. Porque Oscar quería que pusiéramos mucho énfasis en el cierre, asignándole no menos de 30 minutos. Creo que logramos darle el perfil que queríamos a las clases y que los tiempos laborales y familiares nos permitieron.

En el inicio de la primera secuencia, planteé una recuperación de conocimientos previos a través de la técnica del torbellino de ideas para hacerles recordar los principales hechos ya vistos, entre ellos la primera guerra mundial, la reforma universitaria, la ley Sáenz Peña, las huelgas de la Patagonia, la Revolución rusa, etc. Habíamos planteado la construcción de un esquema en el pizarrón a partir de las respuestas de los alumnos, pero fue imposible realizarlo porque la biblioteca, que es lugar que tiene televisor y reproductor de DVD para proyectar los videos, no cuenta con pizarrón.

En ambas secuencias preparamos un video de aproximadamente 10 a 14 minutos, extractos de la película “La República perdida”, para el desarrollo de la secuencia.  En ambos casos pudimos advertir que la mayoría de los chicos prestaron mucha atención. Al finalizar les hicimos algunas preguntas relacionadas con lo habían visto, más allá de lo estrictamente histórico, especialmente acerca de las percepciones personales, por ejemplo, qué parte de la película les había llamado más la atención, cuáles eran los personajes principales, si advertían algún sesgo en el relato de los hechos históricos, e inclusive si notaban que algunos hechos habían sido olvidados “sin querer” por el director de la película.

Posteriormente, se completó el tema y se les entregó un texto mediado resumen de la película observada con imágenes de la misma y una guía de análisis de la película para contestar en clase.

A continuación, como actividad de cierre dividimos el curso en grupos por afinidad de no más de 4 alumnos y les propusimos la confección de un afiche, donde volcaran las respuestas a las preguntas de un trabajo práctico que les entregamos en forma conjunta con los materiales necesarios (afiche y fibrón). En la primera práctica, los chicos no tenían muchas ganas de trabajar, porque ese día habían tenido actividad física por la mañana, y algunos no habían vuelto a sus casas. En la segunda secuencia cambiamos un poco las preguntas tratando de que fueran más cercanas a sus realidades, incorporando las reflexiones personales a partir de los hechos históricos observados. Estas respuestas debían escribirlas en un papel afiche, que luego, un poco antes de la finalización de la clase, serían puestas en común. En la primera práctica no nos alcanzó el tiempo para que los alumnos finalizaran el trabajo asignado. El tutor me recomendó terminar el tema abordado en clases posteriores, luego de finalizar las prácticas. Cosa que realicé una vez terminada la residencia en EGB3.

En la segunda práctica, tuvimos más tiempo y también los chicos pusieron más ganas a la hora de confeccionar los afiches. Los alumnos se dirigían de forma indistinta a uno u otro profesor, realizando preguntas o solicitando ayuda al no comprender alguna de las consignas del trabajo práctico. Todos alcanzaron a exponer los que habían escrito y a ponerlo en común con sus compañeros. Las respuestas entregadas daban cuenta de una comprensión del texto mediado entregado como así también, de una buena percepción de la realidad que les mostró la película.

El tutor pasó desapercibido, su participación durante la clase fue casi nula, sólo algunos comentarios acerca de alumnado como que era un grupo muy bueno, no conflictivo o, que el cierre de la primera secuencia debía realizarlo luego en una clase posterior a la residencia. Considero que el acompañamiento por parte del tutor, como también las cosas que nos señaló para mejorar, su presencia permanente antes durante y después de las prácticas, sus aportes y las devoluciones fueron siempre correctas, precisas y oportunas. La comunicación pese a los problemas laborales nuestros y de Oscar fue muy fluida, estábamos en permanente contacto de manera personal, por correo electrónico, o telefónicamente. Lo mismo puedo decir de Hugo Villanueva quien, se comunicó con nosotros en un par de oportunidades por si necesitábamos alguna ayuda.

Y casi en el final, me queda expresarme respecto a los encuentros de preparación de las prácticas y los talleres, creo que fueron en primer lugar muy entretenidos, originales podría ser el calificativo. Me aportaron mucho en el sentido de mostrarme que existen otras alternativas, otras estrategias para dar clases. También el compartir experiencias con otros profesores fue muy enriquecedor, por ejemplo, nunca se me hubiera ocurrido dar el feudalismo a partir de plantear a los alumnos la realización de dibujos de los personajes o construcciones de la época.

Espero haber resumido lo que realicé durante mi práctica educativa en EGB3, creo que es importante hacer la necesaria autocrítica de lo que se ha hecho, en este sentido muchos de los errores cometidos ya han sido revisados y corregidos. El más significativo quizás haya sido utilizar las mismas estrategias en las dos secuencias. Probablemente, la escasez de tiempo conspiró sobremanera en que no hayamos dejado volar nuestra imaginación para brindarles a nuestros alumnos algo distinto.  Finalmente, debo proponer una mejora para el futuro como en toda memoria debería hacerse, tanto para mí, luego de haber realizado la autocrítica, como para la cátedra, porque estoy convencido que no somos perfectos, que todos tenemos errores, unos más, otros menos, o mejor dicho no menos, porque no es una cuestión de cantidad, sino que en definitiva podemos tener distintos errores. Personalmente, sé que debo dedicarle más tiempo a la preparación de mis clases buscando la estrategia adecuada para llegar al alumno, para provocarle el necesario conflicto entre ese conocimiento previo y el nuevo, que lo obligue, que lo incentive a moldear ese nuevo saber para que le sea significativo. Y en relación a la cátedra, expresarle mí profunda gratitud por acompañarnos, comprendernos, aconsejarnos, alentarnos, sugerirnos nuevos caminos de llegada a los alumnos, pero también quiero que intenten realizar su propia autocrítica, principalmente para beneficio de las próximas cohortes.

TALLER DE INTEGRACIÓN

TALLER DE INTEGRACIÓN

En este Taller de Integración se propuso el siguiente trabajo como una forma de integrar todo el trayecto realizado hasta el momento en el Profesorado: partiendo de la lectura de un texto, en nuestro caso Pájaro con Alas Artificiales (2003) de Patricia Jaimes, estudiante de 2° año del Profesorado EGB 1 y 2 en el Valle de Uco, analizarlo teniendo en cuenta en primer lugar, qué aportes nos ha brindado la Licenciatura en Ciencia Política y Administración Pública para comprender la situación expuesta; y en segundo lugar, cuáles han sido los aportes que desde las distintas materias del profesorado hemos recibido para estudiar lo sucedido. Finalmente, podrían exponerse unas breves conclusiones de la temática planteada.

 

Desde la Licenciatura los aportes recibidos por las distintas materias del currículum nos han ayudado a comprender la situación expresada en la lectura en los siguientes aspectos:

 

Es muy difícil separar los conocimientos que uno ha ido adquiriendo a lo largo de su vida, lo mismo sucede cuando uno le piden ser neutral a la hora de analizar una situación determinada. Desprenderse de ciertas cosas tan arraigadas a nuestra propia idiosincrasia, a nuestra cultura, que para uno son parte fundamental de la existencia, se hace difícil, y más cuando uno es una persona adulta con una familia ya constituida con una camino ya recorrido, que se encuentra transitando, como diría un cantautor “viviendo la mitad de la vida”. Por esto intentaré la tarea encomendada, que si no logro espero sepan entender las motivaciones que me han llevado, casi sin quererlo, a no cumplir con la consigna planteada.

 

Estimo que principalmente, puedo destacar aquellos instrumentos que nos permiten situarnos en el momento y contexto histórico en que se desarrolla la experiencia de vida contada en el relato. Esto sirve para comprender y definir la situación de partida, contextualizándola en sus aspectos histórico, socio - económico, cultural y político.

 

Haciendo un poco de memoria creo que fue importante el cúmulo de conocimientos adquiridos en materias tales como Historia Argentina, en Sociología General, Política Económica, Política Social, en Teoría Política, Metodología de la Investigación Social, entre otras, porque proporcionan los elementos de análisis necesarios para entender la situación presentada: un niña que vive con su padres y hermanos, fuertemente influida por el ambiente externo y familiar, por las condiciones de vida, donde la niña va creciendo marcada por las características de la clase social a la que pertenecía y por las específicas del lugar. Se observa además lo que varios autores, como Nun y Portantiero (Política Social), nos han descrito a cerca de la política educativa en la Argentina desde los albores de nuestra patria, y cómo los contenidos a enseñar siempre han estado vinculados al poder político de turno y cómo los fines de la educación eran definidos por las clases dominantes, cosas que se observan claramente en la lectura del caso. Todo esto tiene que ver con uno de los objetos de estudio de la Ciencia Política, que compartimos con el resto de las Ciencias Sociales: el análisis del fenómeno social, en nuestro caso, desde las relaciones de poder que se suscitan.

 

No quiero dejar de mencionar ninguna materia, porque creo que la mayoría en mayor o menor medida me han servido para analizar esta situación como cualquier otra, por el tipo de formación recibida. El hecho de que nuestros conocimientos puedan resumirse en la metáfora “un océano de poca profundidad”, tiene sus fortalezas y debilidades, utilizando conceptos de Administración, porque nos permite ver la realidad desde una perspectiva mucho más amplia, integral, particular, propia de la Ciencia Política, teniendo en cuenta muchos factores a la vez. Nos permite verla como un sociólogo, como un administrador público, como un abogado, como un contador, como un especialista en estadística, entre otras miradas, esto nos brinda la posibilidad de tener una visión macro, global, mucho más integral que tiene en cuenta muchos más elementos que los que observa un especialista de otras carreras. Nuestra formación de licenciados en Ciencia Política y Administración Pública no sólo nos brinda los conocimientos, las herramientas sino una forma de abordar, de conocer la realidad, distinta a la de otras profesiones.

 

Esto nos ha permitido comprender la comunidad en la que vivió Patricia, su religión, su cultura y su influencia en la vida cotidiana no sólo de la niña sino de toda la comunidad; también nos ha servido para entender sus hábitos, sus costumbres, sus anhelos, sus esperanzas, sus ambiciones, prescindiendo de las estructuras jurídicas y de los aspectos institucionales.

 

La formación profesional recibida nos permite inferir a partir del relato de nuestra protagonista que cada hecho o situación vivida para ella fue totalmente significativa. En la forma de expresarla observamos como cada cosa sucedida dejo una huella en su vida; cada una de sus vivencias ha marcado su existencia. Ella misma lo manifiesta al decir que toda esa experiencia adquirida en su infancia la vuelca con sus hijos.

 

Desde lo estrictamente sociocultural histórico vemos el predominio aún, del modelo educativo impuesto desde aproximadamente mediados del siglo XIX hasta nuestros días, por lo menos en lo que a la escuela primaria se refiere. El modelo respondía a las bases positivistas y el objetivo era claro respecto a las escuelas primarias y en especial las rurales: generar la aprehensión de conocimientos básicos de la cultura occidental, excluyendo todo lo autóctono (culturas originarias, lo criollo). Así lo sintetiza Patricia: aprendió a escuchar, leer de corrido, escribir y sacar cuentas. De este modo se formaba al ciudadano, en este caso el dirigido, se nacionalizaba al país, se lo homogeneizaba en desmedro de las diferencias culturales que se daban en bastas zonas de la Argentina como las del norte salteño.

 

La década de 1960 y 1970, que es el tiempo en que se desarrolla la historia de Patricia, muestra un recorte histórico muy particular de la Argentina, donde la escuela primaria era universal y obligatoria, y que sin bien todos los niños debían asistir a la escuela porque ese era su derecho, muchas veces para las familias más humildes, en general alejadas de las zonas urbanas, les resultaba muy difícil enviar a sus hijos. Lo hacían a costa de grandes sacrificios como lo relata Patricia. Por tal motivo, para ayudarlas existían este tipo de escuelas rancho donde un solo maestro para todos los niños y para todos los grados (aulas de clases múltiples) enseñaba con un gran sacrificio, vocación y espíritu de servicio las herramientas básicas para que pudieran aprender a leer y escribir. La escuela en estas zonas rurales sólo alcanzaba a la educación primaria y se les repartía a los niños útiles, cuadernos y lápices para realizar las tareas.

 

Otro aspecto llamativo que no puede dejar de advertirse, es que las necesidades sociales y educativas de esa lejana población, nos hablan de una insuficiente satisfacción de sus demandas. Determinadas situaciones son percibidas y sentidas por los pobladores aborígenes principalmente, como “normales” y que en otros contextos, sería inconcebible aceptarlas, como el caso de condiciones de tuberculosis, pediculosis, chagas. Todo esto nos hace notar la escasez de políticas sanitarias adecuadas, por no decir que ha existido un total descuido u olvido hacia amplios sectores de la población por parte de los gobiernos de turno, donde las políticas sociales sólo llegaban a las zonas urbanas y dejaban desatendidas las zonas rurales. En referencia a las políticas de vivienda se observa una total desatención por parte del Estado, ya que las comunidades aborígenes vivían en pequeñas chozas o casas de adobe compartidos por familias numerosas.

 

Además, en ningún momento se muestra una activa participación por parte de autoridades provinciales o municipales en relación a la satisfacción de las necesidades locales, la gestión y la organización del quehacer diario de la comunidad. Patricia narra la experiencia de intervención de un grupo de misioneros ingleses que llegaron al lugar y que comenzaron a ocupar espacios con permiso del cacique, a tomar decisiones, que les dieron trabajo en las plantaciones de algodón, aunque nadie sabía muy bien qué hacían allí. En otras palabras los dejaron hacer sin ofrecer mayor resistencia.

 

Es importante destacar que nuestra formación profesional no nos ha brindado las herramientas necesarias para analizar este tipo de casos desde el punto de vista educativo. Quizás sea una de las deficiencias de la carrera y que debería tenerse en cuenta a la hora de redefinir los contenidos de la misma. Por eso sólo se puede considerar desde las materias administrativas aprendidas, algunos puntos referidos a la organización y gestión de las instituciones educativas de la época. Éstas dependían de la Nación dentro de una gestión centralizada, donde los recursos llegaban con cuentagotas y donde los controles eran de difícil realización, no sólo por lo alejado de estas poblaciones de los centros urbanos sino, como en este caso, por lo inaccesible del lugar. Las escuelas rurales se mantenían gracias al arduo y desinteresado trabajo del maestro y a la ayuda de la comunidad y en algunos casos de la iglesia de la zona.

 

La administración provincial y municipal no tenían mayor injerencia en las escuelas. La descentralización educativa que se implementó a partir de los años 90 habría traído consecuencias positivas en referencia al reconocimiento de las demandas de estas comunidades rurales y en la formulación de alternativas de de solución, pero las respuestas concretas a veces no llegaron como se esperaba, porque la descentralización que se realizó no llevaba consigo los recursos necesarios para ejecutarla. En la actualidad, los municipios cuyos presupuestos no se encuentran fuertemente condicionados por la remisión de recursos coparticipables por parte de los gobiernos provinciales, colaboran activamente ayudando a las escuelas de su jurisdicción.

 

Los aportes desde el profesorado para comprender la situación planteada son:

 

Desde la asignatura El alumno de la EGB3, polimodal y del nivel superior podemos decir que hemos entendido los diversos modos cognitivos que tienen los sujetos para aprender los contenidos en los distintos niveles y en las distintas zonas geográficas. Desde una perspectiva psicoanalítica observamos como en este caso, nuestro sujeto de análisis está movida por otro tipo de necesidades distintas de las naturales: la necesidad de realización de sus deseos pese a que no podía seguir estudiando en la escuela de la zona.

 

Desde la perspectiva sociocultural vygotskiana vemos como el conocimiento es algo que se construye por medio de operaciones y habilidades cognitivas que se  inducen en la interacción social, como sucede en el caso de Patricia, donde ella aprende a tejer en el telar, va construyendo su conocimiento en la interacción con los aborígenes de la comunidad wichi.

 

Claramente es observable como se transforma el proceso de aprendizaje que se da primero en un plano interpersonal a un plano intrapersonal, por medio del proceso de mediación, a través de las dos clases de instrumentos mediadores: la primera clase de instrumentos, que se observan más que nada en la educación no formal que recibe nuestra protagonista, se refiere a herramientas materiales que tienen por fin la transformación del objeto mismo (tejido al telar, por ejemplo) y herramientas simbólicas, tales como el lenguaje semiótico, la lectoescritura, el sistema numérico que tienden a modificar, a cambiar a la persona misma.

 

El concepto vygotskisno de mediador lo notamos por cuanto Patricia se adapta a las distintas situaciones que vive, en la interacción con su entorno. El aprendizaje alcanzado es mediado por que el maestro selecciona y organiza los estímulos del ambiente y los transforma al brindárselos a los alumnos, guiado por sus propias intenciones, sus emociones, por la cultura.

 

Podemos inferir que el docente no manejaba los conceptos de zona de desarrollo próximo por que no estimulaba todas las motivaciones del alumno (arte, manualidades). Puede justificarse esta actitud en el hecho que ese no era su objetivo, sino solamente que todos sus alumnos aprendieran las herramientas básicas para la vida de esa época: leer y escribir. Además, al atender niños con distinto grado de desarrollo cognitivo, probablemente no disponía del tiempo necesario para dedicarse especialmente a cada uno de ellos atendiendo a todas sus motivaciones.

 

Quizás sin quererlo y por necesidad el maestro acudía a la ayuda de los alumnos más avanzados para cerrar la brecha entre el nivel de desarrollo real de los alumnos (determinado por la capacidad de resolver de manera independiente un problema) y el nivel de desarrollo potencial, donde el alumno podía resolver un problema con la ayuda del maestro o un compañero más capacitado.

 

Finalmente, desde esta asignatura observamos como el alumno y el maestro trabajan sin darse cuenta, el concepto de resiliencia, porque la autora aun en situaciones adversas que a veces le impiden sostener su escolaridad, igualmente se supera y sigue adelante. Destacando el papel de adulto significativo que ocupó su maestro para superar las dificultades del entorno. 

 

Desde Sistema Educativo es importante el abordaje histórico que nos brinda, porque nos ayuda a la comprensión de las distintas etapas de la educación en la Argentina. Así, una desconexión entre la política educativa dominante del gobierno “formación de capital humano” (proyecto político nacional desarrollista) y la que vemos en esa comunidad que va dirigida solamente a la enseñanza básica del saber leer y escribir. Varios autores como Filmus, Cousinet, han explicado los distintos momentos de la educación en nuestro país. Y cómo nuestro Sistema Educativo se encuentra fuertemente condicionado por marcos políticos, presentándose como un proceso de construcción sociopolítico y cultural que responde a manifestaciones de intereses en permanente contraposición. En algunos momentos de nuestra historia, ha sido una clase dominante quien ha definido el proyecto educativo que habría de sostener el proyecto político integral implementado. En otras ocasiones el libre juego de los grupos de poder y los consensos ha llevado a que otro proyecto educativo fuera el elegido, éste a mi modo de ver, es la forma en que actualmente un proyecto educativo se implementa en la Argentina. Y finalmente, en otros momentos, quienes han ostentado el poder no han considerado importante al sistema educativo como reproductor del proyecto político dominante.

 

En nuestro caso es como si esta población del paraje “LA ESPERANZA MISIÓN LA PAZ” se hubiese quedado relegada en el tiempo con una política educativa enmarcada en la antigua ley 1420, con el solo objetivo de expandir la escuela primaria obligatoria, gratuita, laica, y graduada, tendiente a homogeneizar la educación con un total desconocimiento de las culturas locales, en este caso de la comunidad originaria de matacos en el norte selvático de Salta.

 

En esa época (1962) comenzó la descentralización de las escuelas primarias nacionales (escuelas Lainez) a las provincias, fenómeno que se acentuó en los gobiernos de facto, siendo uno de sus objetivos terminar con el analfabetismo.

Además, otra circunstancia interesante en la cual ponían el acento en este tipo de escuelas en el siglo XIX, es en lo referente al higienismo, sin embargo en esta escuela nada se dice respecto a cómo se trataban los problemas sanitarios de los alumnos (pediculosis sobre todo). También se observan algunos tenues intentos de integrar y reconocer a los aborígenes como parte de las políticas educativas, aunque con un total desconocimiento de sus culturas.

 

Otro dato a tener en cuenta es que en los entornos con diversidad cultural en general se preparaba a los pobladores para desempañar las tareas básicas de un peón de campo o un empleado raso en la estratificación social. Se los adiestraba haciendo hincapié en determinados comportamientos que respetaban consignas de una tradición socio cultural de la comunidad, como lo muestra la autora en el relato: los varones a trabajar la tierra fundamentalmente y las mujeres a realizar las tareas domésticas y a cuidar sus hijos. Además nos plantea el valor de las actividades familiares de los niños fuera del horario escolar, Patricia se encargaba del cuidado de los animales y reparto de pan con su hermano. Esto marca un claro contraste con las niñas de la ciudad donde los estímulos que recibe son orientados al juego y a la escuela. Del mismo modo, se ve la marcada diferencia de políticas educativas que implementa el Estado en relación a la distribución del conocimiento entre sectores urbanos y sectores rurales, estos últimos sólo reciben contenidos básicos de lengua y matemática. Vemos como se pregona una cosa y se hace otra.

 

Desde Enseñanza Aprendizaje podemos analizar el rol docente y el del alumno. Teniendo en cuenta las dimensiones de la práctica docente, es decir, como se materializa el vínculo pedagógico con el estudiante alumno. El maestro se caracteriza por manejar con soltura grupos heterogéneos con un objetivo claro: la alfabetización, que según la autora lo alcanzaba siempre y con todos los alumnos.

 

El aprendizaje completo y más extenso que demandaban los alumnos/as debía ser satisfecho en otros ámbitos. En esa escuela había un solo maestro para todas las áreas. Desde el alumno observamos un rol participativo por parte de los criollos, en tanto los aborígenes son más receptivos, muchas veces los alumnos avanzados ocupan el rol del docente colaborando en el proceso de transposición didáctica una vez que han aprendido los contenidos.

 

Según mi parecer Patricia reconoce dos tipos fundamentales de aprendizajes significativos: uno alcanzado fuera de la práctica escolar, como es el haber aprendido a tejer al telar, a teñir sus propios hilos y el tallado del palo amargo. Esto resalta el hecho tratado anteriormente de la exclusión de contenidos propios de culturas originarias en la educación formal. Y por otro lado, al final de su relato destaca el aprendizaje más importante creo yo, obtenido tanto en la escuela como en el hogar, “el respeto por los demás y no avergonzarme de mi linaje y de mis raíces…” , el darle importancia a lo que los padres ofrecen a sus hijos así sea muy poco, el aprovechar las oportunidades que uno tiene a su alcance en la vida”. En esto también se ve activó en la autora el sistema de representación que recibió en la infancia en otros momentos de su vida.

 

También observamos como la “inteligencia práctica” (para la vida), Patricia la adquirió en gran medida en el ámbito extraescolar, ya que la escuela tradicional privilegió la “inteligencia escolarizada” en términos de Carina Kaplan.

 

Las estrategias de intervención didáctica se basaron generalmente en memorizar (la llamada enseñanza tradicional consideró siempre la memoria como una habilidad esencial para la enseñanza) y realizar la tarea específica sin quejarse. La autora nos cuenta la dificultad en el manejo de los contenidos por parte de los aborígenes debido a que en su lengua manejan los términos de otro modo sin utilizar conectores, lo cual se reflejaba en la escritura también. Pera nada dice respecto a cómo el maestro realizaba su tarea de enseñanza con estos alumnos.

 

Se observa también una fidelidad a ultranza del maestro a ciertos dispositivos pedagógicos: como la memorización, el recitado de poesías, los ejercicios matemáticos, el trabajo individual, entre otros. Y como los determinantes duros influían en su tarea: organización graduada, simultánea, obligatoria, organización espacio-temporal, el grupo de clase por su alta heterogeneidad, políticas educativas, dispositivo escolar, etc. De manera evidente se manifiesta el carácter artificial del aprendizaje escolar donde la escolarización produce un quiebre en la cotidianeidad de los niños, con sus contextos de vida. Se observa también la conformación de incipientes grupos de aprendizajes, dentro del establecimiento escolar, como fuera de él, por ejemplo cuando la autora observaba a sus compañeritas matacas hacer las manualidades, grupos a los cuales finalmente se unió.

 

Según Enseñanza- Aprendizaje, el maestro Eduardo Vilinqui se acerca más al tipo de docente ejecutivo, definido así por Fenstermacher, más preocupado en abordar la enseñanza independientemente del contenido enseñado, sin tener en cuenta el contexto, ni la cultura del lugar, ni los intereses de cada alumno, ni las demandas variables según las diferencias geográficas, económicas y culturales del contexto. Como sabemos los modelos y los tipos así definidos no existen en la realidad, sino que muchos de los rasgos que definen estos tipos, se observan en determinados docentes como el caso analizado. En este maestro observamos que pese a su estilo autoritario logra alcanzar la mediación pedagógica con los alumnos más avanzados.

 

Otro aspecto interesante es como la escuela genera elementos diferenciadores propios, definiendo cuando un alumno es inteligente y cuando no. La autora nos dice que “era considerada una alumna inteligente” porque memorizaba las lecciones, leía de corrido y recitaba las poesías con mímica. Los considerados “inteligentes” eran nombrados por el docente sus ayudantes, mientras que los “no-inteligentes”, eran ayudados por los alumnos de mayor jerarquía. En otras palabras no se manejaba el concepto de inteligencias múltiples de Gardner. Cuando vemos que las alumnas matacas tenían grandes capacidades en otros aspectos de la inteligencia como ser las tareas manuales.

 

Respecto a Instituciones Educativas desde los distintos autores que estudiamos nos brindan las herramientas para realizar un análisis muy general, por los pocos datos que disponemos:

1) el proyecto que sustenta la organización de la institución: deja entreverse en el relato que los objetivos planteados en el proyecto se cumplen siempre. No existe la promoción de la participación de los otros miembros de la escuela en el proyecto, ni en la elaboración de políticas como una forma de fomentar la identificación y el compromiso.

2) la estructura organizativa: están claramente formalizados y distribuidos los roles dentro de la escuela a través de la fuerte relación asimétrica docente-alumno. La autora califica al maestro de autoritario, siempre con el puntero en la mano y que da órdenes a sus alumnos, esto nos muestra un estilo institucional autoritario en la escuela. En la persona del maestro se resumen todos los roles de la institución educativa. Es por esto que no se advierten mayores problemas en la escuela en lo organizativo por cuanto no existen mayores divergencias entre los cuatro tipos de organización que cita Schlemenson. La estructura organizativa formal coincide prácticamente con la presunta, con la que efectivamente opera y con la única que difiere es con la requerida.

3) la integración psicosocial: en ese sentido podemos decir que esta institución educativa tiene un alto grado de integración, por lo que se observa tanto en las relaciones interpersonales verticales (con la autoridad) como las horizontales (entre pares). Casi con seguridad se puede decir que, esto sucede porque están claramente definidos tanto el proyecto como la estructura organizativa.

4) las condiciones de trabajo: poco es lo que podemos decir al respecto, la autora tampoco nos dice mucho. Podemos inferir que por ser una escuela rancho, tan precaria como dice Patricia, tanto el maestro como los alumnos no realizan sus tareas en las mejores condiciones. Y pese a todo el maestro y sus alumnos parecen encontrar satisfacción y su realización en lo que hacen, se sienten identificados con la institución. La autora lo pone de manifiesto cuando termina sus estudios al decir: “Para mi, era como haber trepado el árbol más alto”.

5) el sistema político: en relación a este punto no es mucho lo que se puede decir, sólo se observa un sistema de autoridad unipersonal representado por el maestro que es quien se encarga de la conducción, distribución y coordinación de todas las tareas. A través del relato no podemos inferir la existencia de un sistema representativo paralelo operando informalmente.

6) el contexto: vemos como el contexto en el que desarrolla su actividad la escuela incide en la dinámica interna de la institución. En esa relación de intercambio dinámico entre el contexto y la organización no pueden discriminarse elementos del contexto que hayan afectado el normal desarrollo de la institución.

También, respecto al estilo institucional, podemos decir que la escuela tiende a ser una familia-escuela, donde son pocos, todos se conocen, donde la figura paterna de esta “familia” la sume el maestro con un estilo autoritario, como el del padre de Patricia. El maestro da órdenes y Patricia en su hogar tiene un padre al que respeta y con el cual no insiste a la hora de reclamar su necesidad de seguir estudiando. Según conceptos de Ulloa, observamos también una pantalla por parte de la autora, cuando el sufrimiento que le provoca no poder continuar sus estudios secundarios lo justifica diciendo que en ese entorno es lo más alto a que se podía llegar.

En referencia a la asignatura Didáctica y Currículum encontramos que los contenidos de la escuela estaban integrados (clases múltiples), donde las únicas áreas que se enseñaban eran Lengua y Matemática, porque la estaban impuestas por la política educativa que exigía la alfabetización de todos los habitantes de la Nación. En la determinación de los contenidos se han realizado varios recortes entre ellos las demandas de la comunidad. Observamos currículum oculto en el rezo del Padrenuestro, por ejemplo, como también currículum nulo porque no se los capacita a los alumnos para su integración al aparato productivo, y se aparta todo lo relativo a la enseñanza de la cultura originaria.

A modo de conclusión

 

Tanto la Licenciatura como el Profesorado me han proporcionado herramientas metodológicas, hermenéuticas y cognitivas para analizar, comprender y entender mejor la realidad, como también para reflexionar y hacer una crítica constructiva de ello. No puedo dejar de lado la importancia que la experiencia propia y la compartida me han brindado ayudándome a tomar distintas posturas y decisiones a la hora de ir enfrentando las distintas situaciones de la vida, algunas problemáticas, otras más gratas.

 

Creo que es sumamente importante la conexión entre el trabajo práctico (el ejercicio de la profesión) y el trabajo científico - teórico (seguir capacitándose y estudiando al respecto). Para así poder abordar y dar soluciones o aportes significativos a la realidad concreta.

 

También es cierto que el Territorio en el Campo Social (Becher, 1989) es amplio, no siempre llano, no siempre homogéneo, sinuoso y muchas veces sin límites claros, también es cierto que nos ofrece un abanico de posibilidades de cómo caminarlo, de cómo abordarlo. En él nos encontramos con diferentes tribus, algunas rivales y otras amigables, está en cada objetivo, meta e interés, tratar de unirse y construir juntos desde las distintas miradas un territorio óptimo para el ejercicio de la docencia, para el ejercicio de las distintas profesiones que están en pos de la enseñanza y aprendizaje compartido; tanto en las esferas de lo formal, como también desde la educación no formal.

 

El texto de Dewey es importante porque pone de manifiesto un hecho insoslayable, que ninguna ciencia se forma a partir de conclusiones aisladas y que inclusive en el análisis multidisciplinar no hay reglas definitivas; las mismas sólo son un instrumento para observar e interpretar la realidad con una actitud más abierta y menos ignorante. Pero que en la educación, la creatividad y la propia experiencia, la propia mirada desde cada formación particular, constituyen un aporte tan valioso como las propias construcciones científicas.

 

Estoy convencido que existe en mí un antes y un después tanto en la Licenciatura como el Profesorado. Ambos hechos han dejado una huella indeleble pero permanente en mi vida. Quizás deba volver a repetir, lo más importante que he aprendido, sea esa forma tan particular de abordar la realidad, las distintas circunstancias de la vida. Lo mismo puedo decir de lo aprendido hasta ahora en el profesorado, me ha servido no sólo en el ámbito laboral sino en todos los ámbitos, especialmente en el familiar. Me ha ayudado a entender más a mis hijos: dos varones adolescentes y dos niñas en la escuela primaria; a mi esposa, a mis padres. A comprender sus crisis, a entender mis crisis, a reflexionar sobre las formas de aprender de mis hijos, a respetar sus tiempos, a darme mis tiempos, a ayudarlos mejor, a ser un mejor padre, un buen padre, no un padre “bueno”, a ser un buen esposo, un compañero, un amigo, un esposo en este largo camino de la vida.

 

Quiero terminar destacando algo en lo que coincido plenamente con Patricia Jaimes “nunca es tarde cuando un sueño no ha sido olvidado”.